Según algunos estudios, se cifra que en España hay más de 500.000 personas que sufren serios problemas con el juego y casi 800.000 presentan algunos síntomas relativos y característicos del ludópata. Ahora bien ¿cuándo nos damos cuenta que estamos en serios problemas de estar sufriendo un problemas relativo al juego y cuando no?
Para empezar, el juego en general puede ser algo tan normal como el beberse una cerveza o tomarse una copa con unos amigos, pero cuando esa cotidianidad se convierte en algo más que deseable y necesario para la satisfacción de nuestra existencia, entonces estamos ante un problema patológico, ya que se está constituyendo una adicción y esta se extrapola a una enfermedad.
Muchísimas personas hoy en día han llegado a perder básicamente todo, casas, familias, trabajos, etc. debido a sus gravísimas adicciones no ya al juego, también a otro tipo de adicciones que no han podido superar y que, como se suele decir, les han arruinado la vida. Pero ¿qué ocurre con estas personas que sí que están en necesidad de un tratamiento psicológico o psiquiátrico?
El juego es una obsesión y como tal puede considerarse como un descontrol de los impulsos, lo mismo ocurre con la cleptomanía o la piromanía. Pero el porqué psicológico de un ludópata a seguir jugando, a pesar de que el mismo se esté arrepintiendo de seguir haciéndolo, es simplemente el factor, placer por el hecho de jugar.
Aunque no existe un perfil definido de una
persona con síntomas de ludopatía, existen características comunes que si pueden visualizar de una forma más clara entre los jugadores. En principio tiene tendencia a la mentira y a la negación absoluta de que son adictos al juego. No es una persona torpe o estúpida, sino más bien inteligente ya que sabe como conseguir el dinero necesario para continuar jugando. Aunque cabe decir que si tienen actitudes bastante caprichosas, con problemas de adaptación social, son personas cegadas completamente por el juego y que inventarían cualquier artimaña para escabullirse a un salón de bingo, casinos o simplemente a un salón de tragaperras, cuyo atractivo es simplemente la interacción que la persona desarrolla con la máquina, el sonido de las campanitas, la voz sensual que les habla y les dirige, la música, etc.
¿Cómo podemos ayudarles y de qué forma?, en primer lugar aportando un arropo familiar enorme, seguidamente acudir a expertos y especialistas de la psicología para diseñar un proceso de deshabituación al juego. Por otro lado y como característica de la ludopatía, se deberá de reestructurar la personalidad, permitiéndole así afrontar situaciones difíciles y tolerar esa frustración que le ha podido llevar al juego diario.
Y sobre todo, la prevención antes que la curación, es muy importante que los hijos no oigan frecuentemente que una lotería o simplemente jugando solucionará sus vidas. Porque los que juegan al azar de una manera u otra acaban mal.
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